He encontrado esta interesante crítica sobre Perfopoesía en el blog The Gentleman Soldier .
Aqui os la dejo para que opinéis.
Un hombre dando portazos mientras otro tararea haciendo gárgaras con un megáfono... ¿es esto poesía? ¿se parece, ni siquiera remotamente, a algo poético? Aún a riesgo de parecer atrevido yo diría que no. Y sin embargo, esto fue una de las cosas que se pudieron ver en Sevilla hace unas semanas dentro del festival de Perfopoesía La Revuelta Sureña. No quiero centrarme en la Revuelta Sureña pero, estando tan cerca Cosmopoética, me sirve para reflexionar sobre qué se está haciendo con la poesía últimamente.
No me atrevo casi a intentar explicar lo que podíamos entender por Perfopoesía, mejor lo podrían definir quienes la practican. Haciendo un uso intuitivo de la palabra pienso que es una mezcla de poesía y performance, lo que viene a ser poesía interpretada o actuada.
Yo me decanto a favor de la Perfopoesía en vaso pequeño, igual que me decanto a favor del ron: es excelente para según qué cosas. Cuando hace unos años los recitales de poesía venían a ser lecturas aburridas de señores mayores, muchos pensábamos que la poesía era algo más que libros polvorientos y sonetos a las rosas. Había una inquietud por demostrar a la gente que la poesía es un terreno vasto, que igual sirve para dar una conferencia, que gritar con los amigos en un bar ("Hwaet! We gárdena in geardagum" -gritábamos jarra en mano los primeros versos de Beowulf, el gran poema anglosajón-). Había que darle vida a la poesía, había que sacarla del academicismo y la élite. Y se ha hecho, qué duda cabe. La labor del Cangrejo Pistolero en Sevilla y de la Bella Varsovia en Córdoba es como minimo encomiable (ustedes nos perdonan: nuestros conocimientos son de ámbito local). Sin embargo, viendo la evolución de estos grandes macrofestivales poéticos uno se pregunta: ¿no has bebido ya demasiado ron?
Esta tendencia a la mezcla y la mixtura ha llegado también a la poesía, lo cual es bueno... hasta cierto punto. Porque ahora, cualquier cosa puede ser "poética", y en los encuentros poéticos se cuelan cantantes, actores y gente que no sabes muy bien qué es lo que hace, pero que lo hace "poéticamente".
La Perfopoesía fue un soplo de aire fresco, una manera de convencer a la gente de que la verdadera poesía es más grande y más sencilla de lo que la mayoría se cree, pero cuando se llegan a los extremos de Cosmopoética 2008 en los que había una actividad llamada "¿A qué sabe la poesía? Poesía y Gastronomía" uno agacha la cabeza y piensa que le están tomando el pelo.
Reconozco que es dificil no ceder a la tentación de aderezar uno de estos eventos con actividades que atraigan público. Su éxito, en definitiva, depende del numero de personas que congreguen, pero creo que esto ha llegado a tal afán, que da la sensación de que el poeta tiene que convertirse en actor, mimo, y funambulista. Es decir, tiene "que hacer algo".
Coincido plenamente con Antonio Villarán (sé que se lo he leido en uno de sus blogs, pero ahora soy incapaz de recordar en cual. Antonio, usted me disculpa) en que cuando uno recita en público no puede limitarse a leer (generalmente mal), hay que dar algo más: la música, claro que sí, y el ambiente, todo lo que uno ponga alrededor junto con el poema conforman un todo que supera con mucho la experiencia de leer el poema a solas en casa. Hasta aqui perfecto, pero se ha magnificado tanto el proceso que los recitales se terminan convirtiendo en una especie de shows que poco tienen que ver con la poesía. Se cuela el teatro, el video, la fotografía... lo cual no es mala cosa, pero vamos a llamarles por su nombre: teatro, video y fotografía.
Los poetas están ocupados en ser humoristas, showmans y cabareteros todo en uno. La poesía debe ser amena, claro que sí, pero se está aproximando peligrosamente al circo. No sé; veo muchos aspectos positivos en hacer de la poesía algo vivo, sorprendente y cercano, pero quitarle el polvo a la poesía no puede significar pintarla como una quinceañera un sabado por la noche.
¿Todo lo que alguien dice que es poesía, es poesía? Uy, vaya usted a saber. Aqui sólo puede opinarse por reacción: es muy dificil saber lo que es poesía, pero es mucho más fácil saber qué no lo es. Lamentaría que alguien confundiese hacer poesía con hacer espectáculo (ambos, oficios dignos, qué duda cabe), y tal vez se esté enviando un mensaje confuso.
¿Qué diría Gustavo Adolfo de todo esto?:
"¿Qué es Perfopoesía? ¿y tú me lo preguntas?
Perfopoesía... eres tú"
(recita el poeta subido en un taburete, mientras con una mano arroja confeti y con la otra rueda un yo-yo)
Aqui os la dejo para que opinéis.
Un hombre dando portazos mientras otro tararea haciendo gárgaras con un megáfono... ¿es esto poesía? ¿se parece, ni siquiera remotamente, a algo poético? Aún a riesgo de parecer atrevido yo diría que no. Y sin embargo, esto fue una de las cosas que se pudieron ver en Sevilla hace unas semanas dentro del festival de Perfopoesía La Revuelta Sureña. No quiero centrarme en la Revuelta Sureña pero, estando tan cerca Cosmopoética, me sirve para reflexionar sobre qué se está haciendo con la poesía últimamente.
No me atrevo casi a intentar explicar lo que podíamos entender por Perfopoesía, mejor lo podrían definir quienes la practican. Haciendo un uso intuitivo de la palabra pienso que es una mezcla de poesía y performance, lo que viene a ser poesía interpretada o actuada.
Yo me decanto a favor de la Perfopoesía en vaso pequeño, igual que me decanto a favor del ron: es excelente para según qué cosas. Cuando hace unos años los recitales de poesía venían a ser lecturas aburridas de señores mayores, muchos pensábamos que la poesía era algo más que libros polvorientos y sonetos a las rosas. Había una inquietud por demostrar a la gente que la poesía es un terreno vasto, que igual sirve para dar una conferencia, que gritar con los amigos en un bar ("Hwaet! We gárdena in geardagum" -gritábamos jarra en mano los primeros versos de Beowulf, el gran poema anglosajón-). Había que darle vida a la poesía, había que sacarla del academicismo y la élite. Y se ha hecho, qué duda cabe. La labor del Cangrejo Pistolero en Sevilla y de la Bella Varsovia en Córdoba es como minimo encomiable (ustedes nos perdonan: nuestros conocimientos son de ámbito local). Sin embargo, viendo la evolución de estos grandes macrofestivales poéticos uno se pregunta: ¿no has bebido ya demasiado ron?
Esta tendencia a la mezcla y la mixtura ha llegado también a la poesía, lo cual es bueno... hasta cierto punto. Porque ahora, cualquier cosa puede ser "poética", y en los encuentros poéticos se cuelan cantantes, actores y gente que no sabes muy bien qué es lo que hace, pero que lo hace "poéticamente".
La Perfopoesía fue un soplo de aire fresco, una manera de convencer a la gente de que la verdadera poesía es más grande y más sencilla de lo que la mayoría se cree, pero cuando se llegan a los extremos de Cosmopoética 2008 en los que había una actividad llamada "¿A qué sabe la poesía? Poesía y Gastronomía" uno agacha la cabeza y piensa que le están tomando el pelo.
Reconozco que es dificil no ceder a la tentación de aderezar uno de estos eventos con actividades que atraigan público. Su éxito, en definitiva, depende del numero de personas que congreguen, pero creo que esto ha llegado a tal afán, que da la sensación de que el poeta tiene que convertirse en actor, mimo, y funambulista. Es decir, tiene "que hacer algo".
Coincido plenamente con Antonio Villarán (sé que se lo he leido en uno de sus blogs, pero ahora soy incapaz de recordar en cual. Antonio, usted me disculpa) en que cuando uno recita en público no puede limitarse a leer (generalmente mal), hay que dar algo más: la música, claro que sí, y el ambiente, todo lo que uno ponga alrededor junto con el poema conforman un todo que supera con mucho la experiencia de leer el poema a solas en casa. Hasta aqui perfecto, pero se ha magnificado tanto el proceso que los recitales se terminan convirtiendo en una especie de shows que poco tienen que ver con la poesía. Se cuela el teatro, el video, la fotografía... lo cual no es mala cosa, pero vamos a llamarles por su nombre: teatro, video y fotografía.
Los poetas están ocupados en ser humoristas, showmans y cabareteros todo en uno. La poesía debe ser amena, claro que sí, pero se está aproximando peligrosamente al circo. No sé; veo muchos aspectos positivos en hacer de la poesía algo vivo, sorprendente y cercano, pero quitarle el polvo a la poesía no puede significar pintarla como una quinceañera un sabado por la noche.
¿Todo lo que alguien dice que es poesía, es poesía? Uy, vaya usted a saber. Aqui sólo puede opinarse por reacción: es muy dificil saber lo que es poesía, pero es mucho más fácil saber qué no lo es. Lamentaría que alguien confundiese hacer poesía con hacer espectáculo (ambos, oficios dignos, qué duda cabe), y tal vez se esté enviando un mensaje confuso.
¿Qué diría Gustavo Adolfo de todo esto?:
"¿Qué es Perfopoesía? ¿y tú me lo preguntas?
Perfopoesía... eres tú"
(recita el poeta subido en un taburete, mientras con una mano arroja confeti y con la otra rueda un yo-yo)
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