lunes, 16 de febrero de 2009
La poeta Gracia Iglesias se encierra desde hoy en una habitación transparente de Sevilla esperando ayuda ciudadana
SEVILLA, 16 (EUROPA PRESS)
La poeta madrileña Gracia Iglesias se encierra hoy en un cubo de metacrilato del que sólo podrá salir a través de una escalera que tendrá que construir con los libros prestados por los ciudadanos en un plazo de 96 horas. Esta 'performance' denominada 'La habitación transparente' forma parte del programa del II Festival Internacional de Perfopoesía que se celebrará en Sevilla del 16 al 22 de febrero.
En una entrevista concedida a Europa Press, Iglesias se mostró "confiada" en la ayuda de la gente e informó de que los libros, una vez finalizada la escenificación que estará ubicada en la Alameda de Hércules, irán a parar a un campo de refugiados del Sáhara occidental, en colaboración con el gobierno del Frente Polisario.
'La habitación transparente' es una idea de la propia escritora, consistente en el encierro en un cubo de metacrilato con unas dimensiones de dos por tres metros de planta y tres metros de altura aproximadamente. El recipiente cuenta con unas rendijas a través de las cuales las personas que se acerquen podrán depositar sus libros y con ellos la artista ha de construirse una escalera para salir de ese espacio, en el cual permanecerá, si no recibe los libros suficientes, hasta el próximo jueves día 18. "La idea de encerrarse en una habitación durante un tiempo no es algo original", dijo Iglesias, pues en la historia de las 'perfomances' ha habido gente que ha hecho cosas muy parecidas.
Durante cuatro días y con las dimensiones "justaS" para poder dormir, la artista permanecerá encerrada día y noche con la única compañía de un saco de dormir y ropa de abrigo. Ella, "como un animal del zoo encerrado en su jaula pero con la racionalidad del ser humano y el don de la palabra, apelará a la gente para que le ayude a salir depositando sus libros para poder construir la escalera que le permita abandonar la habitación", comentó Iglesias.
Durante el tiempo que pase en el cubo leerá fragmentos en voz alta o recitará poemas de los propios libros "salvadores", e incluso, intercambiará sus propias poesías con los transeúntes. En principio, y como expresó la poeta, "no hay nada preparado, todo depende de la interacción del público y de lo que surja dentro del encierro", lo que tiene "claro" es que "no va a estar parada en un estado vegetativo y según la reacción del público, a cambio de sus libros les regalo un poema o fragmento de un libro".
No es la primera vez que actúa en Sevilla, donde en dos ocasiones la gente le respondió "con entrega y generosidad", aunque reconoció que fueron performances que "no pedían un alto grado de implicación ciudadana", pues una vez su participación consistía en pinchar globos y otra leer mensajes que ella lanzaba en botellas.
Se consideró una "persona de fe", aunque su entorno "no cree mucho en el final feliz", y por ello confía en los ciudadanos, pero es cierto que en este caso son los propios espectadores los que tienen que tener la iniciativa para implicarse, mirar en sus bibliotecas o comprar un libro, pues al fin y al cabo son para una buena causa y no para reciclaje". Apostó por la participación ciudadana, por el gesto solidario y por la implicación de la sociedad.
EL LIBRO, UN INSTRUMENTO PARA ALCANZAR LA LIBERTAD
Iglesias destacó que el encierro no recoge fines artísticos de manera individual, sino que divide sus objetivos o llamamientos en dos. Por un lado, un mensaje "más clásico o más creativo", una reflexión sobre el universo del escritor o del poeta, que en ciertos momentos se encierra en su burbuja transparente, del cual sólo lo saca la lectura y el conocimiento de lo que otros han escrito, sería el plano artístico y literario.
De otro lado, reivindica, en un ámbito "más de a pie", el papel de los libros "como instrumentos para alcanzar la libertad", ya que en todas las dictaduras o en los regímenes que coartan la libertad de los hombres, una de las primeras cosas que se censura son los libros. Además se queman bibliotecas o se clausuran, se ejerce la censura, se hacen listas negras, ya que "los libros nos abren la mente, nos dan la libertad, la capacidad de pensar, de razonar y la cultura que nos hace libre".
Terminada la 'performance' los libros serán recogidos por una asociación sin ánimo de lucro que se los llevará a un campo de refugiados del Sáhara Occidental, a través del gobierno del Frente Polisario. Este pueblo comparte la lengua castellana con nosotros pero "encuentran muchas dificultades para acceder a libros escritos en castellano para su lectura y su aprendizaje", añadió. A propósito de lo dicho, abogó por que "la libertad del pueblo, sometido a las directrices marroquíes, de elegir su idioma y aprender en la lengua que consideran suya, el castellano, vendrá por los libros que la gente deposite", lo que consideró como una doble liberación.
'La habitación transparente' no es la primera experiencia en la que Iglesias tiene que depender de los espectadores, pero sí en la que se la juega al "cien por cien" con la implicación del público y de la organización, pues ésta es la responsable de su alimentación, además es la 'performance' más larga en duración.
La escritora, que durante su estancia "tendrá un sitio privilegiado", expresó que verá "pasar el mundo, llena de envidia y sufriendo por no poder disfrutar de la ciudad". Comparó su vida con la de un ermitaño y alcanzará a comprender la vida de los presos, de los que no disponen de su espacio y su libertad.
LOCURA Y RIESGO
Iglesias asumió que la gente considere sus posturas cercanas a la "locura", pues no es la primera vez que realiza cosas parecidas, pues ha hecho cosas similares, como aparecer en una exposición vestida de poemas o hacer un recital con la cabeza metida en agua a punto del ahogamiento.
"La locura y el riesgo está dentro del mundo de la creatividad, ya que no todo el mundo comprende lo que haces", apuntó. Continuó afirmando que "ella explica los motivos y razones de sus obras para hacer ver la parte conceptual de lo que se hace, son métodos que pones para que la gente se acerque a los libros que escribes, mezclando el arte plástico y la literatura". Quiso resaltar que su obra no es una "patochada", que busca una doble finalidad, literaria y benéfica.
Nacida en Madrid y licenciada en periodismo, esta crítica de arte y comisaria de exposiciones, coordina talleres de lectura y poesía para jóvenes y niños y ha sido galardonada con los premios de poesía Gloria Fuertes y Miguel Hernández.
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