La poesía está viva y ha cambiado de bando. Ya no es la gorda, aburrida y putrefacta señora que todos conocíamos. Se trata de la nueva sangre que inunda escenarios de todo el panorama español con nuevas propuestas donde se dan la mano la poesía y la performance. Es la madriguera desde la que está surgiendo la inevitable Revuelta Sureña. A través de lecturas transgresoras, de happenings, polipoesía y acciones diversas que tienen su origen en la nueva poesía joven, se está intentando abrir paso una elite de animales escénicos que tienen en la palabra poética su mejor arma de futuro. Pero no están solos. Este despropósito está apoyado por editoriales independientes, como son Mono Azul Editora, La Máquina China, Point de Lunettes o Cangrejo Pistolero Ediciones y por revistas independientes de pensamiento artístico como son Rojo Bossar o Chichimeca, entre otros.
Es imprescindible abrir el abanico para que todos estos grupos de poetas se conozcan, convivan e intercambien opiniones sobre esta nueva manera de llevar la poesía al público. Hace tiempo que quedaron atrás los recitales de mesa y flexo. Ahora los poetas quieren subirse al escenario, improvisar, gritar sus poemas de manera distinta y fabulosa.
Ante este panorama no nos queda otra opción que gritar para alcanzar por fin la ansiada JUSTICIA POÉTICA.
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